sábado, 14 de agosto de 2010

Sueños manchados de sangre

Como cada noche Laverne cogía sus afiladas armas.Le gustaba sentir el mortal y frió tacto del metal contra sus manos.Eran sus apreciados sais con los que vagaba cada noche en su imaginación.Los escenarios podían variar desde su vieja escuela,su casa e incluso las zonas con aglomeración de gente.Sólo la evocación a ello le producía un pequeño hormigueo de ilusión.La pequeña y adorable asesina despiadada.Como si fuera un juego, iban apareciendo todas las personas que ella podía conocer o no y en actos rápidos acababa con ellas,no había perdón ni consuelo,en su mundo no,en su mundo sólo había muerte y destrucción.Placer..placer cuando sus largas espadas atravesaban las pieles dejando caer un enorme reguero de sangre,placer viendo como los cráneos eran partidos como nueces,placer viendo caer las vísceras al suelo,alguna vez incluso se permitía jugar con ellas o comerse el corazón de alguno de ellos,placer de ver sus caras retorcidas de dolor buscando el menor indicio de piedad en ella.Todo era en vano puesto queella en su mundo no era la adorable y pequeña niña de siempre,en su mundo era ella misma,un monstruo con lindo caparazón.Podían esconderse pero no huír.Sólo se resistían dos personas a su tortura,porque? ellos en el fondo eran demasiado especiales,toda su ira se desvanecía .Con ellos no podía,no podía herirles.Sus padres pasaban al lado suyo con indiferencia y ella siempre les dejaba marchar,tal vez quede algo de amor en ella?quién sabe..alomejor sólo es agradecimiento..Al final cuando había acabado con todos volvía a su hogar con las ropas manchadas en sangre y guardaba sus armas en su pequeña mochila negra.Entonces todo era apacible,todo estaba en orden,ya podía dejarse caer en los brazos de Morfeo.

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