sábado, 14 de agosto de 2010

La caída de Onhín

Soplaba una suave brisa cargada de odio y guerra en un día con cielo enegrecido.El paso del tiempo no curaba la estupidez humana.Mahionet se sentía sola,aferró su puño a sus espadas y las apretó para sentir el consuelo del metal.Poco quedaba en ella de compasión y aprecio pero seguía experimentando la tristeza.Decidió echar a correr y dejar que el frío viento ondulara su melena morada .
Corrían tiempos de sangre y muerte,no podía quedarse parada debía proteger su vida a costa de todo.Su misión era acabar con el poderoso dios Onhín,legendario por su manejo de sais y escarcha.Mahionet era consciente de que sólo uno de los dos sobreviviría pero debía intentarlo,él estaba destruyendo todo a su paso en la tierra,debía acabar con el mal.
Cuando encontró la torre del dios un ligero escalofrío asaltó su cuerpo,pero no debía dar paso al miedo,hoy no.Se apresuró y ágilmente llegó hasta donde estaba Onhín.éste se encontraba sentado en un gran trono de hielo sonriente pese a todo.
Al notar la presencia de la pequeña guerrera gruñó:
-Cómo osas adentrárte en mis aposentos,quién eres tú?
-Mi nombre es Mahionet hija de un semidiós y una elfa.-contestó ella enfurecida.
-No tienes derecho a entrometerte en mi intimidad por ello deberás dar tu vida a cambio!
-Bien,se acabaron los días de gloria para ti Onhín!

Se unieron en una feroz lucha en la que afilados metales chirriaban por proteger a sus dueños,en varias ocasiones el dios echó mano a la creación de escarcha debilitando a Mahionet y ésta usó su manejo en fuego para contrarrestar los ataques.El cielo se tornó oscuro y inmensos casquetes de hielo caían amenazantes al suelo.
Mahionet calló desfallecida al suelo con todo el cuerpo lleno de sangrantes cortes,Onhín la recogió en su regazo y le susurró:
-No debiste retarme si de verdad apreciabas tu vida pequeña,admiro tu valentía,muere con honor,descansa en paz.
Ella sacó fuerzas y en un rápido movimiento hundió su afilada espada en el corazón del dios de escarcha.
-Tu orgullo no dejó ver que mientras yo seguía con vida podías morír,se acabó Onhín,voy a arrastrarte conmigo al infierno.
Onhín con una fría lágrima en sus ojos dejó arrastrarse por la muerte,ella intentó levantarse con gran esfuerzo hacía la salida,caminó unos cuantos pasos pero su cuerpo quería descansar en paz,abatida cayó de nuevo al suelo observando como la luz se desvanecía....

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