sábado, 14 de agosto de 2010

Bestia despiadada


Como cada día Laverne seguía su vida rutinaria detrás de su delicada máscara de marfil la cuál resultaba agradable e inocente a los demás,incluso ingenua..Pero un día se le fué concedido un deseo,su más preciado y oculto deseo,acabar con todo ser humano existente en el planeta.


Sin perder un sólo minuto utilizó el fuego que desprendía su cuerpo para arrasar y fulminar toda persona a su paso fueran o no inocentes en su día,mujeres,hombres y niños de todas las edades sin dejar siquiera una criatura con vida.Sentía su dolor al quemarse,oía sus gritos de agonía y ello le producía un extraño placer sólo comprendido por los más viles asesinos,el cual no era ni comparable al placer carnal.Allí estaba la pequeña Laverne sin ser sentenciada ni juzgada diviertiéndose con cada muerte y agonia a su paso.Algunos se lo merecían otros no,pero daba igual no había justícia,moral ni piedad.Toda su venganza,vanidad y odio florecía como una tímida flor al Sol cogiendo confianza poco a poco.


Laverne comprendía el odio y sed de sangre que desprendían los asesinos hacia los demás,no los aficionados ni los que se escondían tras una simple meta política,sinó aquellos asesinos que habían sido repudiados por la sociedad por el echo de ser diferentes,aquellos que sintieron el odio y engaño de las personas hacia ellos,aquellos que convertían toda su tristeza en sed de sangre y muerte,aquellos que sentían placer con cada órgano torturado y triturado.


Acabó lentamente con toda vida humana cegada por la ira,incluso se permitió el lujo de destruir a su família y entorno social y torturar en especial a una persona que le había roto en pedazos el corazón varias veces.






-Porfavor no me hagas nada! te quiero muchísimo!-gritó esperanzado el chico,deseoso de ver alguna reacción de compasión en la muchacha.


Pero ella sólo dejó ver una sonrisa vanidosa y algo triste,acabó así pués con su vida arrancando su corazón y despedazando minuciosamente cada parte de su cuerpo dejándose salpicar por la sangre que salía libre y alegre del cuerpo del inerte muchacho.










Echa realidad su felicidad tuvo que volver a la realidad y todo se volvió a unir y componer sumergiendo a Laverne en la oscuridad y tristeza de nuevo,oculta entre ellos,pero nadie ataría nunca su inmaginación dónde podría repetirlo una y otra vez..

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