Anya

Anya creció en una pequeña aldea donde aparentemente no faltaba nada, sólo de vez en cuando se echaban de menos algunas monedas de más para aumentar la calidad de vida. Ella fue creada por dos dioses, Violet y Damen. La convivéncia desde pequeña fué siempre algo compleja ya que Anya tenía mucho carácter al igual que sus creadores, pero pese a todo, los idolatraba más que a nada en el mundo.

A medida que la chica fué creciendo, el mundo le parecía más cruel e injusto, fue objeto de burla en más de una ocasión por ser diferente al resto de personas aunque el muro psicológico que Anya había construido dentro de sí, era tan grande como para acostumbrarse a ello. Lo que  la destruía poco a poco eran las críticas de sus seres más queridos, sus dioses. Nunca era suficiente para ellos, Anya tendría siempre algún cabo suelto con lo que ser ridiculizada. El lugar de donde procedían Violet y Damen se formó a base de críticas, silencios, burlas y gritos, que trato diferente podría esperar ella? Aunque también había que decir que intentaban esforzarse por educarla mejor, pero la costumbre les traicionaba.

Anya estaba perdiendo cada vez más la fe en ellos, pero nunca podría perder su cariño ya que eran sus preciados creadores, pero el ser dioses no les convertía en sabios.

Con el tiempo, acostumbrada a las críticas externas e internas aprendió a crear una coraza que hoy en día aún está en proceso de terminar, pudiera ser que nunca la acabase en vida, pero de algo si estaba segura y era tener siempre presente no cometer los mismos errores que ella tanto odiaba.