domingo, 28 de noviembre de 2010

Le garçon de la triste masque


Eran las doce ya pasadas, cuando la pequeña se adentró en un sinuoso laberinto el cual daba a parar a un majestuoso castillo que se alzaba imperioso ante sus azulados ojos creando un brillo de curiosidad en ella. Parecía estar lleno de personas que vestían largas capas negras y costosos vestidos de época, usaban máscaras para ocultar sus rostros lo cuál le daba un toque lúgubre y misterioso a la fiesta. Laverne no iba vestida para la ocasión, su indumentaria constituía un sencillo vestido negro rasgado por los años, unas agraciadas botas negras que su madre le regaló cuando cumplió los 20 años, unas medias a rayas y por último un amuleto que su padre le dío en promesa de que siempre estaría con ella fuera donde fuera, sólo debía apretarlo cuando más se apoderase de ella la soledad y tristeza. Con paso erguido y decidido entró en la sala pasando desapercibída extrañamente, por los que allí danzaban y canturreaban felices. Todos parecían curiosamente alegres, menos uno, era un chico alto, de pelo largo, vestía una larga gabardina negra, y parecía llebar un traje de época comparable a los del siglo XIX . Se ocultaba tras una triste máscara blanca y negra. La chica se acercó con paso vacilante hacia él, algo en él la llamaba , atraía sus pasos..cuando estubo a su lado no pudo parar de observar unos ojos ocultos que parecían marrones y muy tristes, tanto, que ella tubo la sensación de que el corazón se le partía en dos. Él observaba a la pequeña con especial atención y curiosidad, parecía que no estubiera acostumbrado a que las personas mostrasen atención por él. Laverne atraída por algo más que el ambiente extraño de la fiesta, agarró su mano y la apretó con fuerza, para su sorpresa, éste le devolvió el gesto acercandose de golpe y sumergiéndola en un fuerte abrazo que consiguió ponerle los pelos de punta. Quién era aquel chico? Porqué parecía tan triste? y aún más, porqué se mostraba tan humilde con ella?Tan afectivo era aquel abrazo que sintió que no quería desprenderse de él nunca más, llegó a sentir la extraña emoción de que le necesitaba, nadie parecía percatarse de aquella escena, todo era muy extraño.De un sobresalto Laverne despertó de lo que parecía ser un sueño y se encontró rodeada de maleza y flores de campo, por lo visto había vuelto a quedarse dormida al atardecer y su fiel compañero, un alegre ratón que correteaba enzima de su pecho parecía pedir mimos de nuevo. Otra vez se había repetido un sueño más, dónde aparecía ese muchacho, tal vez fuera alguien importante en su otra vida o quizás en su futuro..

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